Estimados
alumnos, ¡bienvenidos al blog! Como ya os he comentado, en esta página os iré
poniendo aspectos que sean de interés añadido y que sirvan de apoyo a lo que se
imparte en clase, dándole a la vez un enfoque social, ya que uno de los
objetivos fundamentales de la historia es conocer el pasado para comprender el
presente. El primer post trata sobre las Revoluciones de 1934.
La división en
la izquierda durante el gobierno reformista debido a su amplia variedad
ideológica (comunistas, izquierda moderada, centro-izquierda…) propició que se
presentasen por separado a las elecciones de noviembre de 1933. Un ejemplo tanto de división como de radicalización son las palabras que aparecen a continuación, que fueron pronunciadas
por Francisco Largo Caballero, ministro de Trabajo durante el gobierno
reformista, el 9 de Noviembre de 1933, días antes de la celebración de las
elecciones generales que dieron el triunfo a la derecha:
“Se
dirá: ¡Ah esa es la dictadura del proletariado! Pero ¿es que vivimos en una
democracia? Pues ¿qué hay hoy, más que una dictadura de burgueses? Se nos ataca
porque vamos contra la propiedad. Efectivamente. Vamos a echar abajo el régimen
de propiedad privada. No ocultamos que vamos a la revolución social. No nos asusta
eso. Vamos, repito, hacía la revolución social… mucho dudo que se pueda
conseguir el triunfo dentro de la legalidad. Y en tal caso, camaradas habrá que
obtenerlo por la violencia… nosotros respondemos: vamos legalmente hacia la
revolución de la sociedad. Pero si no queréis, haremos la revolución
violentamente. Eso dirán los enemigos, es excitar a la guerra civil… Pongámonos
en la realidad. Hay una guerra civil… No nos ceguemos camaradas. Lo que pasa es
que esta guerra no ha tomado aún los caracteres cruentos que, por fortuna o
desgracia, tendrá inexorablemente que tomar.”
Como bien se
puede desprender de estas palabras, la
división en la izquierda estuvo presente incluso dentro de algunos partidos
políticos, como en este caso el PSOE, ya que había miembros del partido que
buscaban un cambio político desde la revolución, incluso de manera violenta, y
otros desde una perspectiva más moderada. Por otra parte, este discurso de
Largo Caballero pone de manifiesto que la radicalización en sectores de la
izquierda no comenzó con la derrota electoral de 1933, si bien esta la acentuó
considerablemente debido a que el nuevo gobierno buscó acabar con las reformas
implantadas durante el bienio reformista y retornar a un sistema político que carecía
de elementos democráticos.
La escalada de
tensión fue un aumento y desembocó en los conflictos revolucionarios de octubre
de 1934, siendo el de Asturias el más relevante de ellos. El video de dos
minutos de duración que aparece a continuación explica brevemente estos
procesos revolucionarios, incluyendo uno en el que cualquier parecido con la
actualidad es pura coincidencia… 😉😉
Espero y deseo que este post os haya sido de interés. Reflexionad sobre lo que supone una escalada de tensión continua por parte de las fuerzas políticas de distintas ideologías y las consecuencias que puede tener.
¡Pasad un buen lunes festivo!
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